Revista Perspectivas UCSH cumple 25 años de publicación

11 de Junio 2020
Categoría: Facultad Ciencias Sociales y Jurídicas Trabajo Social UCSH

Como parte de las iniciativas impulsadas por la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Católica Silva Henríquez, este 2020 se cumplen 25 años de publicación ininterrumpida de la Revista Perspectivas de la Casa de Estudios.

De acuerdo a una entrevista realizada a la Directora de la Escuela de Trabajo Social, Ruth Lizana, comenta que el proyecto  tiene que ver de una manera visionaria con quienes fundaron la Escuela de Trabajo Social en la UCSH; época donde  Gerardo Barros junto a Hilda Chiang formaron un equipo de académicos a quienes invitaron a participar de este proyecto enfocado en  la formación de trabajadores y trabajadoras sociales, vinculados fuertemente al tema de los derechos humanos y la justicia social.

Según Lizana, enfatiza que en el año 1992 el país recién estaba recuperando la democracia; momento donde apuestan por la formación de trabajadores sociales que fortalecieran la democracia post dictadura.

“Tuvimos una oportunidad de poder mostrar lo que era la Escuela, de poder generar un espacio interdisciplinar, donde se pudiera escuchar las voces de quienes estaban en la intervención social, definiendo así el eje central de la revista”.

“El giro del negocio es la formación de calidad de trabajadoras y trabajadores sociales. Para hacer aquello se requiere de otros dispositivos que la vayan acompañando, y desde ahí, tener una plataforma en la cual tener las voces del trabajo social. Mirándolo a la distancia, diría que es de una visión muy potente”.

Bajo esta línea, Lizana, además destaca la participación de la primera editora y creadora de la Revista Perspectivas, Ana María Álvarez; profesional que actualmente trabaja en la Universidad Católica Silva Heríquez, específicamente, en el Centro de Investigación de la Facultad de Ciencias Sociales:”Ella fue la primera editora, quien generó un estilo de revista y de relación con los evaluadores, con los autores, que yo creo que hasta el día de hoy permanece”.

¿Cuáles son los hitos históricos que puede recordar en el desarrollo de la revista?

Tengo la suerte de llevar en la Universidad los mismos años que la Revista, entonces he podido mirar como parte del equipo de la Escuela de Trabajo Social como esta revista ha ido evolucionado, y una de las cosas que pensé, era primero destacar a quiénes  han sido sus directores: Gerardo Barros, que la genera con Ana María Álvarez; después estuvo Hilda Chiang porque coincide que, el ser Directora de Escuela, implica ser Director (a) de la revista, por lo que una de sus funciones es tomarla y dar una continuidad, que es lo que nos ha preocupado durante estos 25 años, una continuidad de calidad. Como les decía, han estado Gerardo, Hilda, Daniela Sánchez –quien estuvo por un periodo bien importante- y yo, esos somos los directores que hemos estado. Como editores, han estado Ana María Álvarez, Sandra Iturrieta –quien también estuvo un periodo importante-, yo diría que, en el caso de Ana María, ella aparte de una etapa de consolidar o poner en marcha una revista, ella logra la primera indexación, en Latindex, que por muchos años fue la indexación que tuvimos y que le fue dando este cuerpo o este carácter a la revista que perdura hasta el día de hoy. En el caso de Sandra Iturrieta, que estaba bajo la dirección de Daniela Sánchez y también conmigo,  una de las cosas que se hizo, también en un aniversario de la revista, fue sacar un libro con algunos artículos de la revista que fueran señeros respecto de los hitos en términos de producción de conocimiento y fueron comentados por otros autores, entonces ahí hay un hito que se relaciona con la gestión de Sandra.

En ese periodo comenzamos a conocer otras redes de indexación, entonces comenzamos a proyectar los cambios que la revista tenía que ir viviendo para efectivamente ser reconocida como revista de corriente principal. Ahí comenzamos este camino, principalmente los que publicábamos éramos profesores de la escuela, teníamos artículos de estudiantes, las mejores tesis las pedíamos que las convirtieran en artículos, cosas que ustedes hoy se morirían si yo se las presento, porque no nos hace competitivos en el mundo de la indexación.  En este primer periodo, diría que el hito es ser una revista abierta a las ciencias sociales principalmente, de las humanidades, pero que estuviera vinculado a la intervención social, independiente de los grados académicos, o que viniera del mundo profesional o del mundo académico, fueran estudiantes o fueran profesores, se sacaba una revista al año, eran otros elementos los que se conjugaban. Ahí nos dimos cuenta que teníamos desde un comité editorial endogámico, hasta los que escribíamos generábamos endogamia, entonces comenzamos a hacer desde ahí, muy lentamente una transformación en la revista hasta llegar a lo que somos hoy día.

Después de Sandra, estuvo Paulina Morales, quien profundizó esta búsqueda de cómo transformar la revista, se consolida el comité editorial internacional, se articula de una manera distinta la relación con los autores, se buscan evaluadores, entonces comenzamos a cambiar un poco el tenor de lo que la revista debería ser. Antes de Paulina, estuvo María Angélica Rodríguez, ahí tengo un impasse, porque hay algunas que se han repetido en términos de ser editoras, y ella, uno de sus principales aportes ha sido en términos de cómo llevar a la revista a una posición distinta y ahí hubo una experiencia muy bonita que tuvimos que abandonar por temas del rol que debía cumplir el comité editorial, que fue involucrar muy fuertemente al comité editorial nacional, nos juntábamos periódicamente con ellos, eran parte de la primera evaluación de los artículos y sugerían evaluadores externos. Entonces, con los cambios que hemos tenido que ir haciendo, ese espacio con esas características hubo que abandonarlo, porque no podían ser parte del comité editorial y evaluadores. Como digo, fuimos aprendiendo y eso hizo que algunas prácticas tuvieran que ir variando.

Ahí comenzamos a apreciar la importancia de la indexación y como en esta carrera académica, en la cual dependiendo de donde tu escriba va a ser el puntaje que te va a dar para postular a proyectos, investigaciones, en la propia carrera académica que todavía tiene esta mercantilización o el “paperismo” que lo llamamos, y que hoy en día hay grandes cuestiones frente a ese tema, se produjo un quiebre respecto a que nos costó mucho poder conservar la periodicidad que la revista tenía y sin bien lo logramos, vemos como es necesario seguir profundizando el cambio que ya veníamos haciendo. Hubo que poner mucho esfuerzo, antes nos llegaban 30 o 40 artículos, después nos llegaban muchos menos y era difícil lograr la densidad de los artículos que se requerían, porque obviamente, al estar indizado solamente en Latindex, eso implicaba menores puntajes para las personas que eran aceptadas con su artículo. Eso generó un problema, generó un trabajo que tuvimos que hacer fuertemente de reposicionamiento la revista.

Debo reconocer, que la periodicidad y la constancia en el tiempo de la revista, le ha dado una solidez frente al medio disciplinar bastante fuerte, es una revista que es reconocida por su calidad, que no es cuestionada desde esa perspectiva, entonces, artículos nos llegan, gente escribe con nosotros, entonces  tomamos la decisión de trabajar para que la calidad que nosotros tenemos sea cualificada por estas “agencias” que indexan y que eso signifique también una posibilidad para nuestros colegas de poder publicar lo que hoy se está publicando y que estaría en la punta del iceberg respecto de la investigación y de las cuestiones que nos estamos preguntando en el trabajo social y en las ciencias sociales.

Después de María Angélica, entremedio volvió a estar Ana María Álvarez, con ella hicimos bastantes análisis respecto a la continuidad de la revista, del sentido que tenía para nosotros, evaluando si ese sentido todavía estaba. Efectivamente, la revista es parte de nuestro ADN, es parte de la escuela, tenemos que hacer un esfuerzo porque esta revista siga teniendo el sitial que ha tenido hasta ahora.

Después de eso, con la salida de Ana María de la escuela, porque se va al centro de investigación de la facultad, nos vemos en la necesidad de encontrar a alguien que pueda hacerse cargo y ahí, nosotros habíamos conocido a Luis antes, respecto de sus capacidades, de poder liderar el proceso que estamos haciendo en el último periodo y gracias a Dios, Luis aceptó, está en su segundo año como editor de la revista y una de las cuestiones que aprendimos es que esta revista requiere un equipo editorial, que yo creo que es un tremendo aporte que llega con Luis, que es conformar un equipo que se dedique a la gestión de contenido y a la gestión editorial, con una dirección que confía plenamente en el trabajo que están haciendo y que vamos comunicándonos permanentemente respecto al trabajo de la revista.

Ahí hay otro hito que hace cambiar, que es pensar la revista hacia una próxima indexación a otros espacios que permitan o den cuenta de ese reconocimiento de lo que la revista es y ha sido y como es considerada por nuestros pares. La revista en cada una de las acreditaciones ha sido altamente valorada, en el sentido que se le reconoce como un espacio interdisciplinar interesante y que aporta en el desarrollo de la disciplina del trabajo social.

Yo diría que durante 25 años ininterrumpidamente hayamos podido sacar la revista, ha sido el principal hito que yo destacaría. El trabajo que hay detrás, las personas que han colaborado durante estos 25 años son enormes, que uno puede al ir revisando los distintos números de la revista, uno ha ido viendo crecer el pensamiento de algunos colegas, que uno lee los primeros artículos hace 10 años atrás, los lees ahora y dices “oye, se escapó”, entonces es una experiencia muy bonita, en el sentido que la revista aporta porque hay seriedad, calidad y espíritu de colaboración que caracteriza a la escuela y que permiten que otros piensen que también es su espacio.

¿Cómo vez la revista hacia futuro? ¿Cómo vez los desafíos y su conexión con el desarrollo de la disciplina del trabajo social, de la intervención y del desarrollo en general?

Yo creo que alcanzo a dar unos tips de cosas que uno ha conversado, pero yo creo que da para un seminario poder hablar de cuál ha sido el rol que cumplen las publicaciones en el actual contexto y lo que se nos viene. La revista nace dentro de este gran objetivo que teníamos que era fortalecer la democracia, yo sueño con el sueño del cardenal, este “Quiero que en mi país todos vivan con dignidad”, entonces, como la revista puede ser un soporte, un dispositivo, una herramienta que permita poner en discusión los temas que son importantes en términos de la vida social. Yo creo que este ethos pandémico y de crisis nos ha revelado algo que los trabajadores sociales conocemos desde toda la vida, que es el espacio donde trabajamos, donde se juega la intervención social y donde está presente este ideario de transformación social que es el horizonte teleológico que el trabajo social tiene. Entonces, cuando decimos que queremos que en mi país haya justicia, queremos que en mi país podamos vivir todos en condiciones dignas, que seamos acogedores con los migrantes, que seamos un país donde no se vulnere el derecho de los niños y las niñas, de las mujeres, la revista tiene que ser una herramienta, un dispositivo –como diría Carballeda- , que ponga en cuestión estos temas y es lo que nos ha pasado durante toda la trayectoria de la revista. Si miras la revista, podríamos sacar un apartado con todos los artículos que se han escrito sobre niñez, sobre infancia, sobre adultos mayores y la fragilidad, yo creo que es el espacio donde nosotros ponemos ahí en juego las fragilidades de la vida que vemos cotidianamente, que la miramos desde una perspectiva académica, donde leemos sobre ello, escribimos sobre ello y estudiamos sobre ello, entonces poner la voz, la vida, el mundo de la vida es lo que está en juego en la intervención social y la revista ha sido eso, si la miramos y comenzamos a hojear. Cuando tengamos más energía podríamos sacar apartados temáticos, donde tenemos una serie de artículos que refieren a las prestaciones sociales que hace el Estado, artículos con crítica, podríamos sacar un libro con eso y comentado desde lo que está pasando en la actualidad.

Yo creo que la revista todavía tiene mucho material que nos puede ayudar a iluminar el momento que viene, el momento actual y el momento que viene. Uno lee artículos de crítica del modelo que vienen de muchos años atrás, que tú los lees y es exactamente la misma critica que tu vez y hoy se evidencia y que hoy día nadie lo puede negar. Entonces ahí hay un rol de la revista en términos de ser una herramienta para la discusión el análisis y el estudio de los diversos mundos de la vida, de los diversos actores y también de la experiencia que hoy en día conocemos en lo comunitario, por ejemplo, las ollas comunes, los comprando juntos. Al otro día hablábamos con colegas que somos contemporáneas, como se resignifican en momentos de crisis, las mismas prácticas que se hacían en la dictadura, la olla común tenía un peso importante para combatir la pobreza en los sectores más populares, con una fuerte organización comunitaria y hoy en día son las mismas mujeres de mi edad las que están en las poblaciones apoyando a las jóvenes a que armen las ollas comunes porque tienen la experiencia de la olla común. Ha sido muy bonito mirarnos en las crisis y ahí alguien podría hacer algún estudio interesante, sobre como en las crisis vamos resignificando viejas prácticas comunitarias que nos sirven frente a un Estado que nos abandona, entonces este slogan de “el pueblo salva al pueblo” algún estudioso de la historiografía de la intervención social podría mirar como el resurgimiento de la acción comunitaria emerge en periodo de crisis y como el trabajo social ha estado detrás de eso, también es la primera línea. El otro día les decía a las y los estudiantes que a nosotros no nos cuesta organizarnos frente a la crisis, porque el trabajo social es estar en la crisis, generalmente tu trabajas en situaciones que son críticas y como generamos conocimiento de ello, ahí la revista puede ser un repositorio de aquellas discusiones, análisis, estudios que van a surgir a partir de esto y que va a impactar en la formación de los nuevos trabajadores sociales. Yo creo que ahí hay una línea que está y que podemos sacar más partido.

Un poco tomando las palabras de Luis, la revista tiene presencia a nivel nacional, latinoamericano, tenemos que fortalecer esa presencia, cual es la voz que tenemos los trabajadores sociales de Chile, de América Latina respecto de los problemas que vivimos como sociedad, que se entrecruza con este fenómeno que llamamos la desigualdad social. Yo creo que, si mirara con ese prisma los artículos, en alguna parte se topan con una explicación de la realidad, con un comprender la realidad desde lo que nos está pasando. Entonces, yo creo que la revista tiene esta idea de pensarnos más con otros, por ejemplo, nosotros tenemos un convenio con la Universidad de La Salle en Colombia, de doble titulación, lo que es una innovación dentro de lo que estamos haciendo, ellos tuvieron que dejar su revista Tendencias y Retos y perfectamente podríamos buscar formas de por ejemplo hacer una revista conjunta, de poder trabajar con otros colegas de otros países y otras revistas, tener una sinergia mayor en lo que se está produciendo en términos de artículos en América Latina principalmente y en otros países donde también tenemos contacto.

Yo siempre he visto que la revista es parte constitutiva de la escuela, por lo que, así como tenemos la carrera de trabajo social, tenemos investigaciones en ciertas líneas, tenemos núcleos temáticos con aquellas áreas que a nosotros nos interesa, la revista es parte constitutiva de nuestra escuela y yo la veo por 25 años más, en donde tenga esta ductilidad que ha tenido estos 25 años de ir adaptándose, tanto aportando al desarrollo disciplinar, como adaptándose al contexto de este mundo editorial que es bien complejo. Entonces, yo creo que la revista ha respondido a lo que en cada época ha sido necesario priorizar y el desafío es seguir fortaleciendo al equipo de manera que siga siendo como ha sido hasta ahora, un producto más colectivo, nosotros siempre hemos apostado más a lo colectivo que a lo individual en términos de hacer y la revista es una buena muestra de ello.

Hay un elemento que no he nombrado, que la revista si bien es de la Escuela de Trabajo Social, se da en un contexto donde la universidad impulsa la producción académica y escrita a través de revistas y ha sido un esfuerzo sostenido y acompañado por la universidad. Hay un equipo que está dentro de la universidad y que no es de la escuela, que es el equipo que aporta para que la revista puede salir, que es la encargada de ediciones que es Fabiola Hurtado, que siempre ha sido colaboradora de la revista y los anteriores encargados también. La facultad también apuesta a que a la revista permanezca y siga creciendo, no es una revista que esta solo por nuestra voluntad, sino que estratégicamente está pensada como una herramienta de posicionamiento y de aporte al medio social. Entonces como escuela tenemos una tremenda espalda que nos permite tener esta posibilidad.

[1] En sus inicios, la Universidad Católica Silva Henríquez tenía como nombre Universidad Blas Cañas.

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